La ecléctica ciudad de Estambul, las fantásticas formas rocosas de Capadocia, las antiguas ruinas de Éfeso y las resplandecientes costas del Mediterráneo y el Egeo son los mayores atractivos de Turquía, pero cada región del país tiene algo distinto que ofrecer.
La riqueza histórica de la antigua Constantinopla, Estambul, debería estar en la lista de visitas obligadas de todos los viajeros, pasando por Haga Sophia, la Mezquita Azul, atravesando el Bósforo en un crucero.
La historia de los primeros cristianos en Anatolia cobra vida en el Museo al aire libre de Göreme y en otras iglesias rupestres y ciudades subterráneas repartidas por el valle. El romance florece en los acogedores hoteles y restaurantes cueva de la zona, sin mencionar los paseos en globo al amanecer con un brindis.