Además de su tranquilidad, Mongolia es el lugar idóneo para quienes quieren evitar el calor del verano: cuenta con la capital nacional más fría del planeta; es un destino intrépido donde se vive la cultura nómada en inmensos y vírgenes paisajes. Experimentar la naturaleza en estado puro es lo que atrae a tanta gente.

La cultura nómada mongola es célebre: se puede dormir en una yurta pastoril tradicional de fieltro, ayudar a reunir el rebaño, montar a caballo o vivir los concursos de certería. El legado de Gengis Kan y el renaciente orgullo nacionalista intensifican la experiencia, y la hospitalaria cultura facilita el contacto con el pueblo. Asiste al festival de Naadam para remontarte a la ancestralidad del tiro al arco y los juegos tradicionales. La primavera y el comienzo del verano constituyen el mejor momento para visitar este país sin mar.

INDONESIA Y BORNEO
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