Irán es la joya de la corona musulmana, la unión de una arquitectura gloriosa con una cálida hospitalidad.
Altas montañas, profundos desiertos aún impregnados de la conmovedora presencia del guepardo asiático. La arquitectura y la magia de los bazares. Tomar té en una tetería con vistas al río en Isfahán o con los nómadas en los montes Zagros. Pasear por la increíble antigua capital de Persépolis, experimentar el remoto poder de Susa y captar la maravillosa inmensidad del zigurat elamita de Choga Zanbil son experiencias que llevan al viajero a los días de gloria de la antigua Persia.
Irán posee algunos de los más bellos tesoros de la arquitectura islámica del planeta. Las sublimes cúpulas y alminares de azulejos turquesa de la plaza de Naqsh-e Jahan (plaza del Imán) y las auténticas maravillas como Yazd y Shiraz dejan boquiabierto a cualquiera.